sábado, 12 de septiembre de 2009

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Este sitio busca reunir a todas aquellas personas, de distintos continentes, que tuvimos la fortuna, la Gracia, de conocer al Padre Chinchachoma (Sch. P. Alejandro García Durán) y ello, con sus enseñanzas, con la presencia viva de Jesús y María nuestra madre, nos cambió la vida...

O para quienes no lo conocieron o no lo han leído, vivenciar el Amor, a Dios a través de su mensaje, de su Cristo, de sus niños...

Chinchachoma. Amigos y testigos del Santo de los Niños del siglo XX


Este espacio es para compartir todas esas enseñanzas del Santo de los Niños de la Calle, del amigo de la Virgen de la Sonrisa, del sacerdote con una presencia viva del Jesús que revivió el que: «Los zorros tienen una cueva y los pájaros un nido, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reposar. El Hijo del hombre no ha venido para ser servido, sino para servir a los hombres, hasta ofrecer su propia vida como rescate para su liberación.»


Un camino que inicia para encontrar diferentes amigos del Chincha... del...

Barbas largas y blancas que me recuerdan las nubes,
Sonrisa grande y feliz que hoy me hace sonreír,
Padre sin máscaras ni antifaces,
Evocas palabras graves, llenas de ternura con olor a santidad,
Regalaste amor y fe,
Sacaste a muchos de la niebla,
Les cambiaste tu calma por su tempestad,
Te robabas la luz en un abrazo,
Te quedaste como piedra en mis sentidos,
¡ Me jalabas los cachetes!
Me elevabas hasta el cielo,
Te veía y reía, me sentía amado y seguro,
Yo era solo un niño pero me enseñaste tantas cosas,
¿ Cómo un hombre puede amar tanto?
Su corazón era repartido entre niños como yo,
Con un pasado incierto, con un silencio ahogado,
Con tantos sueños, con su eterna discusión,
Niños que tuvieron que cambiar
Sus caras de alegría por fusiles y caretas,
Donde ocultaban su desdicha,
Niños que soportan tantas cosas
A un grado bajo cero,
Y esperan que del cielo baje un hombre y su escudero,
Y les quite el malestar,
¡Bajaste tu!
De pronto la distancia te alejó,
No se como sucedió,
Lo cierto es que pretendo retener,
Tus manos y tu fe,
Y el recuerdo de aquel día,
Que persigue tu partida,
A veces sueño que iluminas mi puerta,
Que entras y te quedas, y en ese sueño me pregunto
¿ Cómo es posible no creer en Dios ?
Si uno de sus ángeles estuvo aquí...

(Poema de ErKo)

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